El Reino de Galicia, t. 1, Hasta 1700

1966

Francisco Elías de Tejada y Gabriela Pércopo

“Al compás con los demás reinos de las Españas, el de Galicia nace en los primeros años de la Reconquista”

A obra articúlase a partir da consideración sobre textos nos que Francisco Elías de Tejada busca atopar unha tradición galega de pensamento sobre fenómenos políticos e culturais. Así, tras destacar unha herdanza celta, que se manifestaría na idea de “saudade”, o autor pasa lista pola monarquía sueva, polas orixes do reino de Galicia, a poesía trobadoresca, a obra de Álvaro Paio e outros autores da Baixa Idade Media.

A consideración sobre a Idade Media en Galicia estrutúranse entón en seis capítulos. Tres deles abarcarían a Alta e Plena Idade Media (séculos V ao XIII) e outros tres a Baixa Idade Media (XIV e XV).

Francisco Elías de Tejada y Spínola (1917-1978) foi un xurista e profesor de Dereito na Universidade Complutense de Madrid, e militante na Comunión Tradicionalista, un partido de ideoloxía carlista. Nado en Madrid, estudou Filosofía e Letras mesa mesma cidade, e tras combater na Guerra Civil, doutorouse en Dereito. Posteriormente daría clase en Salamanca, Sevilla e Madrid, ata a súa morte en 1978.

Foi tamén un dos intelectuais que levou a cabo unha renovación intelectual do carlismo durante o réxime de Franco, xunto con outros autores como Rafael Gambra ou Álvaro D’ors. Dentro da súa obra atópanse tanto reflexións de carácter xurídico e filosófico coma construcións historiográficas desde a historia do dereito e do pensamento político, contando con textos como Las doctrinas políticas de la Baja Edad Media inglesa (1946), Las doctrinas políticas de la Cataluña medieval (1950) ou Historia de la literatura política en las Españas (1991, póstumo). Asimismo, tamén conta con textos para a difusión do ideario carlista, como ¿Qué es el carlismo? (1971). A presente obra está encadrada no marco do seu pensamento, que enfatiza a tradición e o catolicismo.

Vigo, ed. Galaxia

A perspectiva da obra é fundamentalmente política, tendo en conta tamén aspectos culturais e relativos ao pensamento.

Fontes directas: Idacio, Historia Compostelana, Álvaro Pelayo

Fontes indirectas: Manuel Murguía, Benito Vicetto, Antonio López Ferreiro, Fermín Bouza Brey, Salustiano Portela Pazos.

Francisco Elías de Tejada considera aos suevos como un precedente do Reino de Galicia, non asimilable aos galegos. Da importancia á chamada “herencia celta”:

“Fue la primera monarquía independiente peninsular, con coincidencias constantes del señorío suevo, con el territorio celta de la Gallaecia romana. Pero de ello no cabe deducir, como sostiene Emilio González López, ninguna identificación del reino suevo con el pueblo de Galicia. En los primeros tiempos la situación fue de pugna; bien lo testifica el Chronicón de Idacio” (pp. 40-41)

O autor argumenta que a “absorción cultural” dos suevos, destacando a conversión do arrianismo ao catolicismo, pode apuntarse a partir de dous autores, Idacio e Martiño de Dumio:

“Dos escritores simbolizan el tránsito de la absorción cultural de los suevos y retratan primero las tensiones y luego el apaciguamiento de la hermandad: el obispo de Aquas Flavias, la actual Chaves, Idacio, testigo de los primeros contrastes de la invasión; y el prelado bracarense San Martín de Dumio, artífice de la conversión de Rechiario al catolicismo, módulo de la absorción cultural definitiva”.

A orixe do reino de Galicia tería lugar, segundo Francisco Elías de Tejada, durante a expansión territorial cristiá cara ao sur, tras a conquista árabe:

“Al compás con los demás reinos de las Españas, el de Galicia nace en los primeros años de la Reconquista, cuando el reflujo de la invasión musulmana permitió la formación de núcleos sólidamente independientes (…)” (p.55).

Síguese, ademáis, a opinión de Benito Vicetto, conforme a cal se podería falar de monarquía galaica dende o século VIII:

“Continuando con la consideración de las gentes gallegas como entidad aparte y aun en los primeros tiempos por núcleo principal de los reinos cristianos del norte; no es exagerada la terminología de Benito Vicetto al designar por monarquía galaica a la realeza desde los años 718 al 913” (pp. 55-56)

Para o século XII, considérase fundamental a figura do bispo Diego Xelmírez, entendendo a Historia Compostelana como unha obra de “culto al héroe”, neste caso, Xelmírez:

“La Historia Compostelana proviene, en efecto, del círculo de los amigos de Diego Gelmírez (…). Más que el retrato del siglo es la apología del héroe y cuanto en ella está referido sirve de mero friso al objeto de resaltar la descomunal estatura del arzobispo santiagués” (p.58)

“En lo político, en lo cultural, en lo social, el Reino de Galicia es en la Historia compostelana huerto gentil labrado por las manos del héroe que es Gelmírez” (p.62)

No tocante aos irmandiños, considera F. Elías de Tejada que se tratou dunha revolta auspiciada por Enrique IV e fracasada:

“Fue la guerra social con todos sus horrores. Hidalgos y villanos, clérigos y burgueses contestaron a las violencias con violencias redobladas (…). La represión brilló de sanguinaria y el poderío de grandes prelados y señores remachó las cadenas del feudalismo. La fórmula de Enrique IV, armar al pueblo oprimido aumentó la anarquía sin acabar con la opresión, que al cabo de la guerra hermandina fue más aplastante que nunca” (p.126)

Pero o autor móstrase máis favorable aos Reis Católicos:

“Con otra fórmula, la que inicio Alfonso X, consistente en el robustecimiento del poder real, los Reyes Católicos conseguirán frenar a la nobleza gallega (…). Será una Santa Hermandad dependiente de los Reyes (…) que el arcediano de Cornoces vino a establecer a Galicia en 1480, frente a la oposición de magnates poderosos; tal Pedro Álvarez de Sotomayor, que vedó a las Hermandades entrar en sus dominios, o Pedro Pardo de Cela, quién acabará en el cadalso llevándose consigo los postreros aires de la edad de los abusos señoriales” (p.127)

O autor considera central en varias obras medievais vinculadas a Galicia a idea  de tiranía:

En Idacio: “Dentro de esa cultura romana entra su único tema doctrinal político, la cuestión del tirano, definido con arreglo a los moldes del saber clásico. Distingue en los calificativos, pues no desenvuelve el tema sino que lo roza incidentalmente, separando a los tiranos por razón de origen de los que lo son por abuso de poder” (p.46)

Na Historia compostelá:

“El tipo de tirano que fundamentalmente se contempla es el que comete hechos ilícitos, esto es el tirano por razón de ejercicio. En este sentido juzga Gerardo tiranos a los perseguidores del cristianismo, a aquel Sisnando Menéndez que expulsó a San Rosendo de la sede santiaguesa bajo amenazas de muerte y a Alfonso el Batallador, a quién varias veces aplica el infamante apelativo, en ocasiones con agravante de ferocidad” (p. 62-63).

Álvaro Pais ou Álvaro Pelayo, nado en Galicia segundo o autor: “La tiranía puede ser de dos especies: por el origen y por el ejercicio” (p. 104).

En Juan Rodríguez del Padrón: “Tocante a la tipificación del tirano, sigue la línea patrística de identificar con violencia en la figura de “Nenrot”, sacado de la Biblia con la conclusión de idealizar el primer estado de naturaleza y llegar a la aseveración, remota huella de lecturas patrísticas lejanas, de que el ‘primer fundador de cibdat fue el primer tirano’” (p. 117)

Inexistente.